Ubicado en el distrito de Izcuchaca, a 78 km de la ciudad de Huancavelica, en el valle interandino del río Mantaro. Fue construido aproximadamente por el año 1808, siendo el autor de los planos y cálculos el ingeniero francés nacionalizado español Enrique Paillaidelli. Es una construcción colonial más resaltante de la zona, cuya historia se remonta hacia la época inca existente como puente colgante; pero dicha obra actual fue reconstruido en la época del virreinato sobre los cimientos incaicos en la parte más estrecha del curso del río Mantaro, para tal utilizaron piedras calizas traídas de la cantera de “Aguas Calientes”, unidas con el yeso y cal, sobre rocas firmes como base en ambas orillas del río; su diseño arquitectónico se compone por un bellísimo arco de medio punto de 16.50 m. de luz, firmemente estructurado y de sólida consistencia, su altura sobre el nivel de la superficie del río es de 18.30 m. y el largo total del puente es de 32.45 m. por 3.60 m. de ancho, flanqueada por sólidas barandas del mismo material de 1.30 m. de alto por 45 cm. de ancho, en uno de sus extremos se observa un elevado y original torreón conformado por dos cubos superpuestos de diferentes dimensiones, con una campana y cúpula a la que remata una estructura de hierro de un guerrero tocando una corneta, sobre la cual se lee la fecha de su reconstrucción de 1848. El mencionado puente histórico sirvió como escenario a los primeros encuentros entre patriotas y realistas, además la importancia de este puente se debe a su posición estratégica, en el sentido de ser el paso obligado de conexión entre los departamentos de Ayacucho, Huancavelica y Junín tanto en vía terrestre y férrea.

Regular, falta de mantenimiento y deterioro en algunas partes de su infraestructura.