El cementerio general de Ayacucho, se encuentra ubicado en el distrito de Andrés Avelino Cáceres Dorregaray, provincia de Huamanga, departamento de Ayacucho. Su construcción se inició porque era insostenible los entierros en los templos de la ciudad, según información de la beneficencia pública de Ayacucho; el cementerio general fue construido en el año de 1845, asimismo en el artículo escrito por Manuel Bustamante, se afirma; “se la divisa desde la distancia entre la carretera al campo de aviación y al cuzco con fachada de rosetones que los sustentaban. Lo edificó el 36 Prefecto del Departamento General don Isidro Frisancho el año de 1845, con la cooperación del vecindario, sin agravar en absoluto, el Erario Nacional”. Los datos confirman que el Panteón de Ayacucho se construyó el año de 1826 y lo reafirma con la siguiente trascripción textual. “El Panteón que en el año de 1826 principio a formarlo hacia el otro lado del puente Apurímac, el señor General Prefecto don Juan Pardo de Zela es chico y aún no tiene nichos. Sus puertas son de hierro”. El Panteón o cementerio se ubicaría en un llano denominado Pichiurari. El cementerio general de Ayacucho es uno de los tres primeros que se construyeron en el Perú, fue fundado en el año de 1826 por el General Prefecto don Juan Pardo de Zela y el 13 de octubre de 1831 se realizó su inauguración, siendo Prefecto del departamento don Manuel Cabrera y Olano. La Capilla “El Señor del Sepulcro” se encuentra en el interior del cementerio, el 28 de octubre de 1846 fue inaugurado con la asistencia del Prefecto Luis La Puerta, posteriormente se construyó una gran alameda con la contribución del Dr. Frisancho, que en su momento también llego a ser Prefecto de Ayacucho. En 1869, don Bruno Bueno, Prefecto entusiasta y obrero, mando construir cuatro salones, dos a la derecha, “San Lázaro y San Ramón”, y dos a la izquierda “San Cristóbal y San Salvador”. Los restos más antiguos corresponden a doña Josefina Ruiz (1873) y a don Florentino Santillana (1875). En el pabellón “San Cristóbal” se encuentra enterrados los restos del Intelectual Don Antonio Hierro Pozo (fallecido en 1953). En 1939 se construyó el pabellón “San Vicente Ángel del Juicio Final”. Hoy en día existen numerosos pabellones con el nombre de Santos y Santas (por ejemplo “Santa Esther”, “Santa Victoria”, “San Carlos”, entre otros) que reflejan la devoción a los santos que tiene no solo la Beneficencia Pública, sino también la comunidad ayacuchana. En Ayacucho no existe una cripta de héroes nacionales, pero si encontramos héroes confundidos con el resto de muertos comunes y personalidades notables, por ejemplo, encontramos la tumba de uno de los vencedores de la batalla de Tarapacá, el coronel Manuel A. Oyanguren (fallecido el 24 de diciembre de 1922) en el pabellón “San Ramón”. También se puede encontrar mausoleos que son estructuras funerarias agrupadas, que son edificaciones separadas de la construcción del cementerio, donde por lo general son familias pudientes de la región, entre ellos podemos encontrar a la familia Cossio y Santini de procedencia italiana, la familia Ruiz Zambrano, el Círculo de Obreros Católicos de Ayacucho, la Sociedad de Obreros y Artesanos 9 de diciembre. El cementerio general de Ayacucho, tiene una gran afluencia de visitantes en el mes de noviembre por la celebración de todos los santos, donde las familias ayacuchanas visitan a sus difuntos llevando consigo ramos y coronas de flores, asimismo tienden a orar y cantar, hacen pequeñas ofrendas con alimentos y bebidas del gusto del difunto, sin faltar la conocida tanta wawa y caballos (bebé y caballos de pan), las colocan en su tumba (camposanto). En afueras del cementerio se lleva acabó una gran feria por las festividades de todos los santos.

Buen estado de conservación, las estructuras de las edificaciones del cementerio se encuentran cuidadas y los mausoleos mantienen el color y forma de sus construcciones. Cuenta con personal de la Sociedad de Beneficencia Pública de Ayacucho.